“Llegué a comprar la membrana, pero no me alcanza para pagarle a alguien que lo coloque, y mi hija y yo solas no podemos”, explicó. Además necesita una cocina.
Silvia vive en un PH: hay una casa adelante, y en la parte trasera están su casa y la de su hija. Además, tiene cuatro nietas: la mayor de 14 años, que va a la escuela. Las otras tres tienen 4, 3 y 1 año respectivamente. La de tres años nació prematura y su salud es un poco más delicada que la de sus hermanas.
Hace un año y medio, Silvia tuvo que realizarse dos cirugías de rótula. Desde entonces, no consigue trabajo. “Quedé incapacitada sólo para cierta clases de trabajo, pero por mi edad no consigo ninguno”, explicó. Sólo cobra el seguro de desempleo, que apenas le alcanza para pagar los servicios y algo de comida.
Su hija y sus nietas pasan el invierno viviendo con ella: a pesar de las dificultades, su casa está más entera que la de su hija. Se ocupa de que nunca falte, como mínimo, la calefacción, bien primordial que su hija no tiene en su casa propia. Así que, para que su familia no pase frío, todas se acomodan en la pequeña casa de Silvia. Su hija tampoco tiene trabajo fijo, pero hace algunas changas de limpieza en casas particulares, con lo que van tirando.
La solidaridad no sólo es material
El techo de la casa de Silvia tiene filtraciones de agua en algunos sectores. Por eso, ella ahorró cada centavo durante mucho tiempo para comprar un rollo de membrana. Sin embargo, ahora, el dinero no le alcanza para pagarle a alguien que lo coloque.
“Llegué a comprar la membrana, pero no me alcanza para pagarle a alguien que lo coloque, y mi hija y yo solas no podemos”, explicó. Por eso, para ella sería de gran ayuda que alguna persona con cierto conocimiento en el área, se acerque a su casa y la ayude a colocar la membrana. Donando un poco de tiempo, se puede ayudar mucho a estar mujeres.
Además necesitan, en principio, una cocina nueva porque la que tienen está deteriorada. Más adelante, como objetivos a mediano plazo, también esperan poder mejorar la construcción de ambas casas. Pero por el momento, con que se les llueva menos y poder cocinar les alcanza.
Cualquier interesado en colaborar con esta historia, puede comunicarse a la producción del Programa Un Sueño.